Caldeirada

La caldeirada es un guiso típico de Galicia que  como la mayoría de los guisos de pescado, tiene su origen en la tradición marinera.

Se puede cocinar con varias clases de pescado siendo los más habituales los blancos como raya, merluza, bacalao, rodaballo y rape.  De ahí que en el nombre del plato aparezca el «a tu gusto». Aunque la que he visto en el programa de Dani García era con berberechos.

Es un plato sencillo, sólo hay que tener cuidado con no pasar de cocción el pescado y no quemar el pimentón cuando lo agreguemos al guiso.

Ingredientes: 

  • 1 cebolla
  • 3 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 1 pimiento rojo
  • 7 gr de pimentón dulce
  • 250 gr de tomates
  • un chorro de vino blanco
  • 500 ml de fumet
  • la piel de 1 limón
  • 2 patatas
  • 100 gr guisantes
  • 500 gr de berberechos o pescado
  • Aceite de oliva
  • 100 ml de leche de coco
  • Cebollino

Preparación:

  1. Cortar la cebolla y el pimiento rojo en brunoise y picar el ajo.
  2. Sofreir el ajo, añadiendo la cebolla y el laurel.
  3. Añadir el pimiento rojo para terminar de preparar el sofrito de base.
  4. Agregar el pimentón dulce cuidando que no se queme
  5. Pelar las patatas y cortarlas chascándolas para que espese el guiso
  6. Añadir el vino blanco y dejarlo reducir a seco.
  7. Rallar el tomate, desechando la piel. Agregar al sofrito y terminar de cocinarlo
  8. Cortar unos trocitos de piel de limón, evitando la pulpa blanca del limón para evitar que amargue. Incluirla en el sofrito.
  9. Pelar las patatas y cortarlas chascándolas para que espese el guiso. Añadirlas junto al fumet dejando cocer 20 minutos.
  10. Pasados los 20 minutos agregar la leche de coco, los berberechos y los guisantes. Tapar y cocerlos durante 1 minuto, hasta que se abran
  11. Rectificar el punto de sal
  12. Añadir un poco de cebollino fresco cortado en tiritas y ya estará listo para emplatar.

Nota: los berberechos o pescado los añadiremos cuando ya esté todo preparado para sentarnos a comer para evitar que se pasen de cocción

Y una frase repleta de la sensibilidad de Henri Matisse: «Siempre hay flores para aquellos que quieren verlas»

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