No todos tenemos la suerte de tener una buena horchatería cerca, por eso pongo la receta para esa ocasión especial en que queremos obsequiar a familia o amigos con una horchata de calidad. Desde pequeña con mis padres hasta hoy, siempre que pasamos por Alicante hacemos una paradita en el quiosco de Peret, en el extremo de La Explanada. Se puede tomar líquida o granizada y el granizado es de los más finos que he probado.
Todavía se pueden encontrar heladerías con producto propio en las ciudades del litoral valenciano donde degustar una rica horchata mientras el renovador olor a mar nos invade.
En brick podemos encontrar de más o menos nivel (se nota en el precio) pero ya me diréis si está igual que ésta.
Ingredientes:
- 250 g. chufas secas
- 200 g. azúcar (probad y si os gusta más dulce, añadid más)
- 1 litro y medio de agua
Preparación:
- Dejar a remojo en agua las chufas como mínimo 12 horas (la noche antes)
- Sacar del agua y triturarlas bien con el robot de cocina (cuchillas) o batidora de vaso. Añadir el azúcar.
- Ir dejando caer el agua bien fría por el bocal del robot mientras sigue triturando
- Colar prensando bien para extraer todo el jugo de las chufas. Dejar en el frigo para que esté fría al servirla
- Aunque es trabajoso, se puede hacer sin robot machacando las chufas en un mortero. Ir añadiendo el agua removiendo con la maza para sacar el jugo. Dejar unas 3 horas macerando antes de colar. Así la hacían nuestras abuelas…
Cuenta la leyenda que cuando el rey Jaime I de Cataluña y Aragón llegó a Valencia una muchacha le dio a probar una bebida fresca, blanquecina y dulce. Complacido por su sabor, el monarca preguntó por el nombre de la bebida, a lo que la joven respondió que era leche de chufa. Pero Jaime I la corrigió diciendo: «Axo no es llet. Axo es or, xata» («Esto no es leche. Esto es oro, chata»). Y cuentan los valencianos que de aquel episodio procede el nombre castellanizado de la horchata.